El Macba dedica la primera gran retrospectiva a la artista neoyorquina Rosemarie Castoro, considerada como una gran «minimalista desconocida», una retrospectiva organitzada por parte de la comisaria y conservadora jefa del museo, Tanya Barson.
La exposición Enfocar al infinito reúne 250 obras, algunas de elles inèdites y reivindica el papel «fundamental» de Castoro en el minimalismo, postminimalismo y arte conceptual en una escena artística en EE.UU. dominada por hombres.
La artista formó parte del círculo de la vanguardia neoyorkina de los años 60 y 70 junto a Donald Judd, Yvonne Rainer, Robert Morris, Sol LeWitt, Agnes Martin y Carl Andre –con quien estuvo casada durante unos años–.
El recorrido que muestra el Macba abarca el período comprendido entre 1964 y 1979, explorando sus «giros dramáticos» que incluyen el dibujo, la danza y la cinestesia musical como ejes fundamentales de su carrera, que mantuvo una continuidad, pese a los cambios estéticos que fue introduciendo.
Siguiendo una trama cronológica, la muestra empieza con sus pinturas de gran formato más coloristas –exhibidas en dos salas–, en una época en que puso mucho énfasis en los colores primarios sólidos y líneas en forma de ‘Y’ que mutan y se transforman como notas musicales encima de la tela.
En la siguiente gran sala, el peso de la parte gráfica es muy evidente, si bien hay un cambio cromático que da paso a unos colores más intermedios, menos contraste de color y mayor complejidad tonal en su pintura, que enfatiza con otra vuelta de tuerca en otro periodo reflejado en el espacio consecutivo.
Su «compromiso con la abstracción» y el minimalismo se hacía patente con las pinturas de la artista, que protagonizó una evolución muy cambiante en un poco lapso de tiempo.
Castoro exploro también la abstracción postminimalista, con instalaciones esculturales de resina epoxi en 1974-1975, y una serie de intervenciones efímeras en el paisaje usando ramas.
Esta exposición coincide con la línea discursiva planteada por Barson a su llegada al Macba desde la Tate Modern de Londres, cuando anunció que trabajaría para visibilizar nuevos relatos museísticos dando voz, de forma especial, a mujeres artistas que no han recibido la atención merecida.
En este sentido, la muestra quiere «corregir la poca atención recibida», ha subrayado la comisaria en la presentación de la muestra, acompañada por el director del Macba, Ferran Barenblit, que ha anunciado una conferencia-performance con Yvonne Rainer para el martes 19 de diciembre.
Una de las particularidades de la artista y bailarina es que pintaba mientras bailaba y trabajó siempre con una combinación de formas artísticas que la llevaron más adelante a la escultura, con componentes gráficos y sin ellos, y conectó con el land-art.