Intérprete de conferencia durante la reunión regional de Philip Morris en Madrid

Philip Morris ha invertido más de 3.000 millones de dólares en dar la vuelta a la compañía y en lanzar un dispositivo que permite consumir tabaco con un menor daño para la salud y que viene a sustituir al cigarrillo tradicional.

Philip Morris se ha propuesto cambiar los hábitos de los consumidores de tabaco y sustituir el cigarrillo por un producto que es potencialmente menos dañino para la salud. La multinacional ha puesto sobre la mesa diez años de investigación y 3.000 millones de dólares de inversión para llevar a cabo el cambio más radical de su historia.

El líder del sector ha lanzado iQOS, su nuevo dispositivo, que permite un consumo de tabaco con un riesgo potencial para la salud menor que el cigarrillo tradicional. «El vapor de iQOS contiene, según nuestros estudios, de media niveles inferiores al 10% de componentes dañinos, presentes en el humo del cigarrillo de toda la vida», explica Masseroli. «Es un producto que tiene riesgo, que tiene nicotina, pero lo importante es que no tiene combustión, que es la principal causante de las enfermedades provocadas por el consumo de tabaco, de ahí la disminución del riesgo». La principal característica del dispositivo es que no quema el cigarro, sino que lo calienta a una temperatura de 250 grados, por lo que la combustión, que necesita alcanzar los 800 grados, no se produce.

Nuestro sueño es que no haya nadie que fume Marlboro». Así de rotundo se muestra Mario Masseroli, director general de Philip Morris para España y Portugal, en explicar el cambio radical de estrategia que ha puesto en marcha el grupo líder mundial en el mercado de tabacos. Philip Morris quiere enterrar el Marlboro tradicional, que ha sido su producto estrella, y abrir paso a su gran esperanza: iQOS.

 

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