Después de explicarle a mi gran amiga Montse que había dedicado un día entero a tratar de la patomorfología de las lesiones podales y articulares en cerdas, y a abordar las estrategias nutricionales para mejorar la vitalidad del lechón neonato, me preguntó sorprendida cómo es que ahora me daba por la veterinaria.
Esta pregunta me hizo pensar.
Los intérpretes tenemos que estudiar, a veces de un día para otro, especialidades enteras ya sean del campo de la medicina, la aeronáutica, el arte conceptual o los huevos de tortuga. Esto, año tras año, si algo te da es una capacidad trabajada para aprender acerca de muchas cosas muy rápidamente.
Y no es que al final seamos expertos en todo. Sabemos muy poquito, pero de una infinidad de temas distintos.
El secreto está en confirmarle al cliente, con nuestros gestos, con nuestra actitud y con nuestros glosarios y preparación, que las cerdas son ese día el tema más importante del mundo, al que nos dedicaremos en cuerpo y alma hasta aclarar todos y cada uno de sus misterios.
Qué suerte tengo, ¿verdad?