Este año viene con fuerza, después de dar vida a un arquitecto de fama mundial, a varios directores de las Escuelas Pías y a una monja agustina de la República Democrática del Congo hoy me ha tocado algo especial. Y a pesar de que era domingo, a pesar de que eran las 8 de la mañana, he cogido el tren ilusionada camino a Barcelona. No todos los días tengo la oportunidad de interpretar a alguien de la categoría humana y profesional como es Vivianne Reding, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Justicia, Derechos fundamentales y Ciudadanía…