He tenido el placer de trabajar como intérprete durante la Cumbre Mundial de Gobiernos 2017 que ha tenido lugar este mes de febrero en Dubai. Esta cumbre reúne a más de 150 países y organizaciones internacionales que intercambian conocimientos y dan a conocer iniciativas globales y estudios de investigación.
Cabe destacar la presencia de la Ministra de la Felicidad, su excelencia Ouhood Al Roumi, que ha afirmado en su discurso que “la felicidad no es sólo un deseo piadoso en nuestro país, sino que habrá planes, proyectos, programas e indicadores específicos que contemplarán su progresso. Formará parte del trabajo de todos los ministerios” ¿Qué suerte, ¿no?
Dubai es sin duda un país de contrastes. Es uno de los siete emiratos árabes que integran los Emiratos Árabes Unidos y se ha convertido en los últimos años en un centro financiero, económico y turístico de nivel mundial. Es una ciudad famosa por la construcción de inmensos rascacielos como el Burj Khalifa que es el más alto del planeta y proyectos turísticos faraónicos como las islas artificiales de Palma Jumeirah.
La mayoría de sus habitantes son extranjeros. Hay un porcentaje muy alto de trabajadores procedentes de la India, Pakistán y países del sudeste asiático que trabajan en el sector de la construcción. Además, hay importantísimas colonias de expatriados de todos los lugares del mundo atraídos por las empresas, el dinero y el lujo.
Me ha encantado visitar el Museo del Futuro. En vez de alojar piezas del pasado quiere que sus habitantes puedan ver creaciones y productos que aún no podemos imaginar pero que estarán de moda dentro de 10, 20 y 50 años. El punto de partida ha sido transformar la hecatombe del cambio climático y convertirla en una oportunidad de proyectos de construcción y cultivo de productos a escala local para satisfacer las necesidades de toda la población.
Me voy con un excelente sabor de boca, y me saco el sombrero ante este país que despega a una velocidad supersónica. Ojalá tenga la suerte de regresar y ser testigo una vez más de su enorme progreso.