Richard Gere

Hace unas semanas, cuando empecé a prepararme para la visita de Richard Gere a Barcelona,       -estudiando su biografía, intereses, su forma de expresarse y visionando su nueva película- no era consciente del impacto que causaría acompañarlo durante dos días.

Mi primer contacto con él fue con ocasión de la primera entrevista en una sala del primer piso del Hotel Casa Fuster de Barcelona. Fue una entrevista larga e intensa.

Poco después nos desplazamos al plató de Hora Punta, de TVE. Fue allí donde, una vez estaba instalada en la cabina de traducción, Richard Gere pidió un cambio de guion exigiendo que me sentara junto a él y le tradujera directamente todas las preguntas y comentarios. Es decir, no quería utilizar el tradicional receptor de traducción simultánea sino tener al lado a su traductora. El hecho de que esto mismo sucediera después en otros platós de televisión ha dado a nuestra profesión un protagonismo al que no estamos habituados.

He podido comprobar que Richard Gere es un hombre culto, cercano, paciente, que cultiva su lado espiritual tanto como su físico envidiable. Su trato amable, sus silencios meditativos mientras atendía a uno y otro medio de comunicación, su hablar pausado y sus gestos comedidos hacen de él una persona encantadora y cercana. Está claro que esa aura que le acompaña es algo que trabaja día a día con mimo y atención.

En una de las entrevistas afirmó que vivimos inmersos en una especie de gran espectáculo y que uno no empieza realmente a disfrutar de la vida hasta que se da cuenta de lo que de verdad merece la pena. Y él ha tenido la inteligencia de descubrirlo y aplicarlo a su vida cotidiana.

Os dejo un par de enlaces para que disfrutéis de su visita.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/hora-punta/hora-punta-20-04-17/3988064/

http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/divendres/helena-garcia-melero-entrevista-richard-gere-a-divendres/video/5662929/

https://www.youtube.com/watch?v=alOyiuO16i0

 

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Experiencia en interpretación simultánea de conferencias desde 1992. Mi primer trabajo fue nada más y nada menos que durante los Juegos Olímpicos de Barcelona. Para mí fue un orgullo participar, ya que me permitió compaginar dos cosas con las que disfruto enormemente, el deporte y la profesión.

Durante los primeros años quería ser todas y cada una de las profesiones que compartía desde la perspectiva de la cabina de interpretación. De este modo, después de contagiarme del entusiasmo de los deportistas que nos representaban y soñar con ser olímpica en vela ligera llegué otro día a casa decidida a convertirme en la mejor coach. En respetado cirujano infantil. En la más eficiente ortodoncista. En la reconocida directora de una editorial. En fabricante de salvaescaleras. En modelo de alta costura. En conductora de la nueva línea de metro. En actriz, en escultora. En enfermera. En presidenta de un consejo de administración.

Pronto me di cuenta de que me resultaría imposible abarcar tanta profesión por atractiva que fuera, y decidí dejarme llevar y disfrutar poniendo voz a todas esas personas que he tenido el privilegio de interpretar y llevarme a casa un poquito de cada una de ellas. Porque no puedo negar que todos y cada uno de mis clientes han dejado en mí algo de su persona, y me han hecho crecer también profesionalmente.