Intérprete de conferencia para el Parlament de Catalunya, Gabinet de Presidència

Uno de los mayores cambios democráticos del siglo XX fue la consecución por parte de las mujeres del sufragio pasivo y del sufragio activo. De hecho, podríamos decir que la democracia solo se materializa a partir del establecimiento del sufragio universal, es decir, cuando el 51% de la población, hasta entonces excluida, pasa a disponer de los derechos políticos, que son derechos humanos fundamentales.

Hoy en día, el objetivo de la igualdad de género es reconocido a nivel internacional como un elemento central para el desarrollo y el progreso de nuestras sociedades. Por lo tanto, debe implicar a todos los poderes públicos, y en especial a los Parlamentos, como sede de la soberanía popular y reflejo de la sociedad a la que quieren representar. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer antes de que los Parlamentos sean actores líderes en la lucha por la igualdad de género.

Actualmente, según los datos más recientes de la Unión Interparlamentaria, las mujeres ocupan tan solo el 23,8% de los escaños del conjunto de Parlamentos a nivel mundial. El Parlament de Catalunya supera con creces esta cifra, con un 42,9% de diputadas en la actual legislatura. Un dato que contrasta con el 5,4 (solo siete mujeres) que había en 1980, pero aún insuficiente para acabar con la sobrerrepresentación masculina existente.

En sociedades patriarcales, las relaciones de poder de género se reproducen en todos los espacios de interacción social, incluyendo las instituciones políticas. Por ello el Parlament de Catalunya pone en marcha un proyecto que tiene por objetivo desterrar el patriarcado de la sede de la soberanía popular.

Durante los siguientes 12 meses un plan de igualdad interno, hará que el Parlament de Catalunya sea uno de los más avanzados de Europa en igualdad de género. Uniéndose así, a los pocos parlamentos de todo el mundo que cuentan con esta medida, como los de Suecia, Finlandia, Reino Unido, Escocia y Navarra.

Para garantizar que la igualdad de mujeres y hombres sea realmente efectiva en la institución, el Plan de Igualdad deberá incluir acciones relacionadas con diversos ámbitos de actuación. En cuanto al acceso, deberá garantizarse de una vez por todas una paridad real, que tienda al 50% de mujeres y hombres. Pero no es suficiente, hay que asegurar que esta equidad se produzca en la capacidad de influencia, en la toma de decisiones y en las condiciones de trabajo.

También es necesario que la perspectiva de género sea transversal a todas las funciones y actuaciones de la cámara, y que el Parlament cuente con una política de tolerancia cero frente al acoso sexual o cualquier otra expresión de violencia machista que afecte a las trabajadoras y diputadas.

Con este plan de trabajo, el Parlament de Catalunya retoma la tarea iniciada en la anterior legislatura por la presidenta Carme Forcadell. Fue ella quien reajustó los horarios de los plenos para favorecer el equilibrio de la vida personal, familiar y laboral de las diputadas y diputados y del personal de la cámara. Y fue también la presidenta Forcadell quien inició el ciclo ‘La igualdad efectiva de mujeres y hombres, un reto de país’, para así promover el debate entre miembros de la sociedad civil, expertas y representantes de las diferentes administraciones catalanas.

 

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Experiencia en interpretación simultánea de conferencias desde 1992. Mi primer trabajo fue nada más y nada menos que durante los Juegos Olímpicos de Barcelona. Para mí fue un orgullo participar, ya que me permitió compaginar dos cosas con las que disfruto enormemente, el deporte y la profesión.

Durante los primeros años quería ser todas y cada una de las profesiones que compartía desde la perspectiva de la cabina de interpretación. De este modo, después de contagiarme del entusiasmo de los deportistas que nos representaban y soñar con ser olímpica en vela ligera llegué otro día a casa decidida a convertirme en la mejor coach. En respetado cirujano infantil. En la más eficiente ortodoncista. En la reconocida directora de una editorial. En fabricante de salvaescaleras. En modelo de alta costura. En conductora de la nueva línea de metro. En actriz, en escultora. En enfermera. En presidenta de un consejo de administración.

Pronto me di cuenta de que me resultaría imposible abarcar tanta profesión por atractiva que fuera, y decidí dejarme llevar y disfrutar poniendo voz a todas esas personas que he tenido el privilegio de interpretar y llevarme a casa un poquito de cada una de ellas. Porque no puedo negar que todos y cada uno de mis clientes han dejado en mí algo de su persona, y me han hecho crecer también profesionalmente.