Intérprete de conferencia durante la presentación de la película Las cosas sencillas, de Eric Besnier

Las cosas sencillas narra la vida de Vincent, un hombre de negocios siempre estresado y atareado, que u día sufre una avería en medio de una carretera de montaña. Pierre, un solitario hombre de campo, se detiene y le ofrece su ayuda. Este encuentro aparentemente insignificante supondrá un punto de inflexión en sus vidas.

Será el inicio de una amistad en la que descubrirán, como señala el título e insiste el prólogo de la cinta, que comparan el desbordamiento de la vida actual con paisajes relajantes de la naturaleza, cuáles son las cosas importantes de la vida. A pesar de sus visiones de la vida opuestas y de sus temperamentos contrarios.

Tal y como afirma el director, todos vivimos en una continua tensión entre el ritmo actual que nos engulle con su día a día y la idealización de la vida contemplativa y sosegada.

Y en el punto medio, como siempre, está la virtud. Sin olvidar, por supuesto, la pregunta fundamental: ¿Somos felices?

 

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Experiencia en interpretación simultánea de conferencias desde 1992. Mi primer trabajo fue nada más y nada menos que durante los Juegos Olímpicos de Barcelona. Para mí fue un orgullo participar, ya que me permitió compaginar dos cosas con las que disfruto enormemente, el deporte y la profesión.

Durante los primeros años quería ser todas y cada una de las profesiones que compartía desde la perspectiva de la cabina de interpretación. De este modo, después de contagiarme del entusiasmo de los deportistas que nos representaban y soñar con ser olímpica en vela ligera llegué otro día a casa decidida a convertirme en la mejor coach. En respetado cirujano infantil. En la más eficiente ortodoncista. En la reconocida directora de una editorial. En fabricante de salvaescaleras. En modelo de alta costura. En conductora de la nueva línea de metro. En actriz, en escultora. En enfermera. En presidenta de un consejo de administración.

Pronto me di cuenta de que me resultaría imposible abarcar tanta profesión por atractiva que fuera, y decidí dejarme llevar y disfrutar poniendo voz a todas esas personas que he tenido el privilegio de interpretar y llevarme a casa un poquito de cada una de ellas. Porque no puedo negar que todos y cada uno de mis clientes han dejado en mí algo de su persona, y me han hecho crecer también profesionalmente.