Conference interpreter during the meeting organized by the Olympic Solidarity Commission

En el Palau de Pedralbes se reunió ayer la Comisión Solidaridad Olímpica del COI. Los primeros discursos fueron para elogiar el éxito de Barcelona 92, recordando que el éxito estuvo en pensar también en el día después, dejando a la ciudad un legado tangible e intangible que todavía perdura.

Este año se celebran los actos de conmemoración de Barcelona 1992, y recordaron con cariño y admiración al gran impulsor del Olimpismo, Juan Antonio Samaranch, que los definió como los mejores juegos de la historia. La reunión estuvo presidida por el Sheikh Ahmad Al-Fahad Al-Sabah, y la Comisión Solidaridad Olímpica, de la que también forma parte Juan Antonio Samaranch junior tiene como misión organizar asistencia a los comités olímpicos nacionales, sobre todo a deportistas, entrenadores y administradores deportivos, así como la promoción de los valores olímpicos que tanto ensalzó Juan Antonio Samaranch.

La reunión forma parte de los actos de conmemoración del 25 aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 que están siendo organizados por el Comité Olímpico Español, el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Cataluña y la Diputación de Barcelona y que tienen como puntos culminantes el que se organizará el 25 de julio (aniversario de la Inauguración) en Barcelona y al que están invitados todos los participantes en los Juegos, y el que organizará el propio Comité Olímpico Español en su sede en fecha aún por determinar.

IMG-20170411-WA0006 IMG-20170411-WA0008 (1)

 

Scroll to Top

I have been working as a simultaneous interpreter since 1992, and my very first assignment was none other than the Barcelona Olympic Games. I was proud to be part of such a historic event, as it allowed me to combine my passion for both sports and my profession.

In my early years, I found myself wanting to be every professional whose world I entered from the interpreting booth. Enthralled by the excitement of the athletes representing us, I dreamed of becoming an Olympic sailor. Another day, I returned home determined to be the best coach. A respected pediatric surgeon. The most efficient orthodontist. A renowned publishing director. A stairlift manufacturer. A high-fashion model. A driver on the new metro line. An actress, a sculptor. A nurse. A President of a board of directors.

I quickly realized that pursuing so many professions, no matter how fascinating they seemed, would be impossible. Instead, I chose to embrace the privilege of giving voice to the remarkable individuals I have had the honor of interpreting for, carrying a piece of each one with me.

I cannot deny that every client I have worked with has left a lasting impression on me, enriching both my personal and professional growth.