El meu pare era el meu heroi i el meu model

JavierCon estas palabras describía uno de los hijos de Javier a su padre hoy en su funeral. Un discurso sencillo, emotivo, cercano. Sorprendentemente maduro para un chaval de apenas 18 años. Sailesh, sin dejar ni un segundo la sonrisa que le caracteriza, ha narrado con una serenidad casi inexplicable el recuerdo imborrable que deja en él su padre.

Lo confuso y triste que se siente porque su padre no verá crecer a sus hijos, porque no verá cómo son capaces de alzar el vuelo del nido y vivir una vida independiente. Sailesh nos ha hecho revivir a Javier con su pose, su voz profunda, sus palabras claras y directas. Cuando le he dicho lo mucho que se parecía a su padre me ha dicho “es que yo siempre he querido parecerme a él, yo quiero ser como mi padre”.

Nos ha dejado uno de los primeros intérpretes que conocí cuando inicié mi andadura profesional. Una persona a la que jamás vi alterarse por nada y que destacaba por su sonrisa y afabilidad. El intérprete más polivalente, casi podríamos decir, a cualquier idioma, de cualquier idioma, nada le asustaba, parecía que hubiera vivido más vidas que todos nosotros juntos. Y sin embargo jamás le oí hacer alarde de nada. Y eso que, como ha explicado su hermana, su sed de aprender le llevó hasta las mismísimas Antípodas.

Me decía una intérprete, al despedirnos, que Javier vivió con una intensidad serena. Yo diría además que vivió con una serenidad intensa,  combinación a veces difícil de encontrar.

Descansa, Javier. Intentaré seguir todos y cada uno de tus consejos. Me uno al deseo de tu familia, que tengas un feliz último viaje. Vete tranquilo, Javier, tu labor de padre ya ha empezado a dar fruto.

El Meu Pare. Sailesh Guijarro 19 junio 2014

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Experiencia en interpretación simultánea de conferencias desde 1992. Mi primer trabajo fue nada más y nada menos que durante los Juegos Olímpicos de Barcelona. Para mí fue un orgullo participar, ya que me permitió compaginar dos cosas con las que disfruto enormemente, el deporte y la profesión.

Durante los primeros años quería ser todas y cada una de las profesiones que compartía desde la perspectiva de la cabina de interpretación. De este modo, después de contagiarme del entusiasmo de los deportistas que nos representaban y soñar con ser olímpica en vela ligera llegué otro día a casa decidida a convertirme en la mejor coach. En respetado cirujano infantil. En la más eficiente ortodoncista. En la reconocida directora de una editorial. En fabricante de salvaescaleras. En modelo de alta costura. En conductora de la nueva línea de metro. En actriz, en escultora. En enfermera. En presidenta de un consejo de administración.

Pronto me di cuenta de que me resultaría imposible abarcar tanta profesión por atractiva que fuera, y decidí dejarme llevar y disfrutar poniendo voz a todas esas personas que he tenido el privilegio de interpretar y llevarme a casa un poquito de cada una de ellas. Porque no puedo negar que todos y cada uno de mis clientes han dejado en mí algo de su persona, y me han hecho crecer también profesionalmente.