Colegio Montserrat: wow!

“Think big, start small”. Es el lema del Colegio Montserrat, que el pasado 21 y 22 de octubre organizó unas jornadas sobre Aprendizaje 360º en Barcelona. Este lema tiene más trascendencia de la que aparenta a primera vista. Es más que una filosofía de vida, es una manera de vivir la formación desde un punto de vista mucho más amplio que el puramente académico.

El colegio Montserrat, ubicado en Barcelona, se presenta como “una escuela comprometida con la educación integral, tanto del corazón como de la inteligencia, de niños y jóvenes desde sus primeros pasos hasta la universidad, favoreciendo a nuestros alumnos el logro de la excelencia humana, física, intelectual y social” Las jornadas del mes de octubre han contado con ponentes extraordinarios que han abordado la formación integral del alumno. Temas como el mismo diseño arquitectónico de las escuelas, la disposición de las aulas, la formación de alumnos no sólo paras que lleguen a ser expertos en tecnologías avanzadas sino capaces de trabajar en equipo, empatizar, asistir a estas tecnologías en el ámbito profesional.

Una alegría encontrar entre el público a varias profesoras de La Vinya de Camp Joliu. Una alegría, que no una sorpresa. Muchas de las cosas que defiende para sus alumnos el Colegio Montserrat forman parte del día a día de esta escuela, bajo la sabia dirección de Mª Josep Cots primero y ahora con el renovado liderazgo de Elena Espinosa . Thik big start small tiene mucho que ver con la frase que la tutora de 5º y 6º, Isabel Yeste, consiguió que hicieran suya una de mis hijas y sus compañeras de curso durante los dos años que compartió con ellas: “Vosotras sois el futuro”. Una manera inteligente de aplicar ese pensar en pequeño para conseguir grandes cosas más adelante. Y no sólo esos dos años, gracias a ese entusiasta empujón ellas siguen convencidas de que son el futuro y sin duda alguna, cambiarán el mundo. Ya lo están haciendo.

 

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Experiencia en interpretación simultánea de conferencias desde 1992. Mi primer trabajo fue nada más y nada menos que durante los Juegos Olímpicos de Barcelona. Para mí fue un orgullo participar, ya que me permitió compaginar dos cosas con las que disfruto enormemente, el deporte y la profesión.

Durante los primeros años quería ser todas y cada una de las profesiones que compartía desde la perspectiva de la cabina de interpretación. De este modo, después de contagiarme del entusiasmo de los deportistas que nos representaban y soñar con ser olímpica en vela ligera llegué otro día a casa decidida a convertirme en la mejor coach. En respetado cirujano infantil. En la más eficiente ortodoncista. En la reconocida directora de una editorial. En fabricante de salvaescaleras. En modelo de alta costura. En conductora de la nueva línea de metro. En actriz, en escultora. En enfermera. En presidenta de un consejo de administración.

Pronto me di cuenta de que me resultaría imposible abarcar tanta profesión por atractiva que fuera, y decidí dejarme llevar y disfrutar poniendo voz a todas esas personas que he tenido el privilegio de interpretar y llevarme a casa un poquito de cada una de ellas. Porque no puedo negar que todos y cada uno de mis clientes han dejado en mí algo de su persona, y me han hecho crecer también profesionalmente.